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Quizá por la lejanía territorial o simplemente porque nuestras culturas son diametralmente opuestas, todo aquello que viene del Extremo Oriente nos parece muy exótico. Sin embargo, la zona de la que estamos hablando es más grande que la propia Europa y tan diferente entre sí que parece imposible hablar de decoración oriental. Sin embargo, hay algunos elementos comunes que siempre están presentes cuando pensamos en un ambiente oriental. La decoración oriental busca el equilibrio, la tranquilidad y la serenidad con espacios agradables, relajados, sin demasiado ornamento y dando gran importancia a los elementos naturales.
Nos vamos de viaje a Asia para conocer los siete elementos decorativos orientales más populares.
En la decoración oriental predominan elementos de la naturaleza, como plantas y fuentes. El bambú, una planta típica de Oriente, es utilizada a menudo, no solo por su belleza, también porque se considerada que trae buena suerte. Por eso, ya sea una planta en maceta, un cuadro con imágenes de bambú o transformada en esteras y bandejas, el bambú no puede faltar en un hogar de inspiración asiática.
Las linternas y las lámparas de papel juegan un papel importante en muchos países asiáticos. En Japón, por ejemplo, estas lámparas de papel, con una vela dentro, simbolizan la luz que debe guiar a los espíritus hasta el otro mundo.
Por eso, ya sea en en forma de globo o decorados con personajes, dragones, flores de loto o peces, como en le caso de la taberna Wabi Sabi de Valladolid, la luz cálida que generan estos lampiones es imprescindible para crear un ambiente que nos recuerde al Extremo Oriente.
Originalmente llamadas fusuma o shoji, las puertas correderas japonesas son una de las grandes aportaciones niponas al interiorismo. Una propuesta que no solo permite ahorrarnos espacio, sino que además crea un ambiente cálido y confortable. Estas puertas, originarias de las casas tradicionales japonesas, permiten filtrar la luz del exterior, puesto que están hechas de papel, reforzadas con madera de cedro.
El estilo de decoración asiática está marcado por los símbolos religiosos: imágenes y estatuas de deidades de diferentes religiones que son colocadas en los hogares para llamar a la buena suerte o recibir la protección divina. Desde gatos dorados que mueven la mano a rechonchos budas, pasando por dragones chinos, todos son elementos que no pueden faltar si queremos decorar nuestra casa con cierto aire oriental.
La seda es un material muy típico de Oriente. Con unos cojines de seda con detalles típicos asiáticos como los pájaros, las flores de cerezo, dragones, o flores de loto conseguiremos fácilmente dar un toque oriental a nuestro hogar.
Los futones hacen referencia a las camas tradicionales de Japón y aunque se han extendido por Europa, la versión occidental de estas camas es un poco diferente. Nuestros futones son más gruesos, no suelen recogerse, como en el caso de los japoneses, y no se extienden sobre tatamis. Probablemente los japoneses no lo reconocerían como tal, pero estas camas muy bajas, casi pegadas al suelo, son consideradas en Occidente camas al estilo oriental, y no pueden faltar si queremos crear un dormitorio al estilo oriental.
Comer en el suelo o en una mesa muy baja, es muy típico de distintas culturas, también de la oriental. Una moqueta o alfombra, futones y cojines en el suelo y una mesa de centro baja puede ser una buena manera de conseguir una ambientación oriental en nuestro hogar.
