Los futones son una alternativa práctica y económica a los colchones o camas tradicionales. Ya sea para ser utilizados en el dormitorio, o para contar con un sillón adicional que se convierta en cama en el living u otro ambiente de casa, este artículo tan en demanda necesita de ciertos cuidados para mantener su esplendor inicial y parecer recién comprado.
Claro que para que un futón se vea nuevo por más tiempo, lo primero y lo más importante es invertir en piezas de calidad, hechas de los mejores materiales que nos garantizarán mayor durabilidad.
El futón es un invento japonés que nos hemos robado en Occidente por su versatilidad y comodidad.
Llamamos futones a las superficies acolchadas que hacen las veces de colchones. Pueden usarse directamente como cama o pueden plegarse y funcionar como un sillón durante el día.
Los tipos de futones dependen en gran medida de los géneros y materiales de los que están hechos. Pueden estar rellenos de plumas, confeccionados en goma espuma o en géneros como algodón o lana.
Los fanáticos del estilo asiático encuentran en los futones la pieza perfecta para darle ese aire a su dormitorio o living.
Si pensamos utilizar el futón como asiento convertible en cama, el estilo lo dará la estructura que lo soporte, que puede ser de madera o de metal.
Los modelos en hierro forjado, especialmente los más recargados son perfectos para estilos más románticos, mientras que las bases de madera pueden ser alternativamente rústicas o campestres.
Puesto que resulta más económico decantarse por un futón que por un colchón tradicional, ¿por qué no invertir en marcas que tengan una probada reputación de calidad y excelencia?
Los mejores géneros deben ser fuertes y resistentes pero agradables al tacto. Deben poder desplegarse sin conservar las marcas por haber estado doblados y los mejores son hipoalergénicos. Los futones demasiado blandos no son buenos ni para la columna ni se conservan bien a largo plazo.
Siendo el futón un artículo que se usará sobretodo para dormir, es importante vestirlo con los accesorios para el dormitorio que usaríamos en un colchón, como por ejemplo sábanas, cubrecamas o almohadones. De esta forma evitaremos ensuciarlos y mancharlos y nos durarán mucho más tiempo.
Muchos futones se venden con fundas especiales para su protección. Si no es el caso es importantísimo comprarlas para que el futón no esté permanentemente expuesto. Es mucho más fácil sacar la funda y meterla en el lavarropas que lidiar con suciedad o manchas directamente sobre el futón.
-Puede limpiarse con productos especiales para limpieza en seco como ocurre con los colchones o las alfombras, por ejemplo.
-Otra técnica que no utiliza productos fabricados con químicos consiste en espolvorear bicarbonato de sodio en la superficie del futón, dejar actuar por varias horas y luego aspirarlo. Esto resulta especialmente efectivo para liberarnos de los ácaros.
Es recomendable valernos de internet para encontrar los mejores profesionales y fabricantes. Sites especializados en diseño y decoración como homify, pueden proveernos con buenos tips y una buena oferta de proveedores de futones, para garantizarnos el futón que buscábamos.